Madrid Tech Show 2025: conversaciones que ponen orden en un momento de exceso tecnológico

Madrid Tech Show volvió a llenar IFEMA con miles de profesionales y cientos de empresas que, cada una desde su ángulo, intentan responder a la misma pregunta: cómo convivir con una tecnología que avanza más rápido que la capacidad de absorberla.

Asistimos con stand propio. Sin expectativas grandilocuentes; con ganas de escuchar. Queríamos entender qué preocupa a quienes están gestionando sistemas complejos, plataformas que ya no escalan como antes o procesos que necesitan una revisión profunda. Y, sobre todo, queríamos contrastar si los retos que vemos en proyectos reales se repiten en el resto del mercado.
La respuesta fue clara: sí.

Lo que la feria cuenta si la recorres sin prisa

Madrid Tech Show es amplio y diverso. En un mismo pabellón conviven desde soluciones de ciberseguridad hasta plataformas de datos, herramientas de automatización, cloud híbrido y tecnologías para aprendizaje. Esa mezcla no es casual: refleja el estado real del ecosistema.

Hay más opciones que nunca, pero también más incertidumbre.
Y caminar entre stands, demos y ponencias permite ver ese contraste de forma muy directa.

Algunas impresiones que recogimos:

  • La conversación está madurando.
    Este año se habló menos de tendencias y más de arquitectura, sostenibilidad operativa y decisiones que deben poder justificarse internamente.
  • Los equipos no buscan grandilocuencia, buscan criterio.
    Mucha gente se acercó para hablar, no de “la herramienta del momento”, sino de cómo organizar mejor lo que ya tienen.
  • El valor vuelve a estar en la ejecución y en la continuidad.
    Varias compañías explicaron que no necesitan otro proyecto inicial brillante, sino poder mantener y evolucionar lo que ya está en marcha sin romperlo todo cada dos años.

Lo interesante es que estos temas aparecían en conversaciones espontáneas, no en discursos preparados. Y eso suele ser un buen indicador.

Lo que pasó en nuestro espacio

Tener un stand propio nos permitió algo que valoramos especialmente: conversaciones largas, de esas que empiezan con una pregunta simple y terminan en un mapa de procesos dibujado en una servilleta.

La mayoría de las personas que se acercaron venían con contextos distintos, pero compartían patrones similares:

  • sistemas que han crecido sin una dirección clara,
  • equipos que intentan sostener soluciones que funcionan… “más o menos”,
  • decisiones que se toman con prisas porque la operativa no deja tiempo para pensar,
  • y la sensación recurrente de que la tecnología promete más de lo que las organizaciones pueden absorber.

Nos llamó la atención que, más allá de la terminología técnica, lo que la gente buscaba era entender qué debería pasar primero, qué tiene sentido mantener y qué conviene rediseñar. En definitiva: claridad. Sin adornos. En esas conversaciones, nuestra forma de trabajar apareció naturalmente: entender antes de tocar, diseñar antes de construir y construir, pensando en cómo se operará después. Quien está metido en sistemas complejos suele agradecer esa pausa.

Lo que nos llevamos del evento

Volvimos con varias reflexiones que nos acompañarán en los próximos meses:

1. La tecnología sigue creciendo, pero la capacidad de operarla no tanto.
Este desajuste es uno de los grandes desafíos actuales.
No se resuelve con más herramientas, sino con decisiones que conecten estrategia y operación.

2. Los equipos valoran conversaciones sinceras
Sin exageraciones, sin promesas infladas.
Se agradece que alguien se siente, escuche y plantee alternativas realistas.

3. La madurez digital no se construye con velocidad, sino con coherencia
Ya lo vemos en nuestros proyectos: cuando se establece orden y dirección clara, todo avanza mejor —incluida la tecnología.

4. Hay ganas de hacer las cosas bien
Esto se percibió con fuerza.
No es falta de voluntad, es falta de tiempo, de foco y de un espacio donde pensar sin urgencias.

Por qué estos encuentros merecen la pena

Madrid Tech Show no cambia la industria en dos días.
Pero sirve para tomar perspectiva: ver dónde estamos, con qué obstáculos lidian otros y hacia dónde se mueven las prioridades del sector.

Para nosotros fue una oportunidad para confirmar algo que, aunque ya intuíamos, cobra más peso cada año:

La tecnología necesita menos aceleración y más intención.
Menos improvisación y más diseño.
Menos capas nuevas y más orden en lo que ya sostiene el negocio.

Es una conversación que seguiremos manteniendo con clientes, equipos y partners.
Dentro y fuera de los eventos.

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